Sin embargo, para la presidenta de la Comisión de Educación del Senado de la República, María Teresa Ortuño, “hace mucho tiempo que la señora tomó distancia del presidente. Ella mide sus tiempos, va desmarcándose y no sorprende a nadie”.
Luego de que la dirigente del magisterio afirmara que con el Jefe del Ejecutivo existen “diferencias” porque desde el gobierno federal se pretende “fracturar” a las organizaciones sindicales, la senadora panista dijo que “no puede haber ruptura ni con el Presidente ni con Acción Nacional porque nunca ha estado dentro”.
Respecto a quienes atribuyen a Gordillo haber sido factor central para que el presidente Felipe Calderón ganara la elección en 2006, “como en muchos casos eso es una leyenda urbana”.
Según estudios realizados después de ese proceso electoral, agrega, “se puede conocer que el gremio magisterial siguió un sentido natural de sus preferencias, porque en el sur-sureste favorecieron a Andrés Manuel López Obrador; en el norte votaron por Felipe Calderón; mientras que en el centro por (Roberto) Madrazo”.
Con miras a la próxima elección, Ortuño afirma que “lo que hoy le conviene al PAN es un acercamiento con la ciudadanía”, sólo eso.
En entrevista por separado Manuel Gil Antón, investigador de El Colegio de México, dijo que Gordillo “sabe que algo se cocina en Palacio”. Ella sabe que es factor relevante en la política nacional y por ello advierte, desde ahora al gobierno de Calderón, que “cualquier intento gubernamental por mermar la fuerza del SNTE no será permitido”.
Como hipótesis, Gil Antón plantea que una estrategia política de ruptura desde la Presidencia con el SNTE y su lideresa redituaría, entre muchos sectores, una mayor aceptación, “un incremento en los puntos” de la gestión gubernamental.
Agrega que a pesar de que prever es difícil, en un escenario de ese tipo permitiría “al PAN legitimarse frente a la sociedad cuando la estrategia del combate a la delincuencia no se lo ha permitido. El rompimiento con la presidenta vitalicia del sindicato magisterial tiene entonces una raja política que me parece pudiera usarse”, señala.
Imposible que se repita un “quinazo”
Ángel Díaz Barriga, del Instituto de Estudios Sobre la Universidad y la Educación (IESU) y Olac Fuentes Molinar, ex subsecretario de Educación Básica, discrepan de Manuel Gil. Consideran que no es este el momento, ni existe la capacidad en el gobierno federal, para emprender una acción contra Gordillo semejante al llamado quinazo.
En enero de 1989, Joaquín Hernández Galicia La Quina, quien fuera líderde los trabajadores petroleros, fue detenido, acusado de corrupción y encarcelado, era el inicio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Díaz Barriga advierte que “en el mensaje que envía (Gordillo) al Presidente es: ‘saqué lo que tenía que sacar, tú también, pero hoy la jugada es otra’”.
Olac Fuentes agrega que los focos rojos que se enfrentan en el país en términos de la seguridad y las reformas que no se han podido concretar, hacen “pensar que no existen las condiciones para un rompimiento frontal desde la presidencia” de la República.
José Ángel Pescador, ex titular de la Secretaría de Educación Pública, advierte que apostarle al juego político para destituirla sería peligroso. ¡Cuidado! El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no es el mismo que encabezaba Carlos Jongüitud”.
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